Escuchamos decir que tal o cual cosa está diseñada especialmente para algo y eso está muy bien porque está diseñada especialmente para eso y no para otra cosa, y a nosotros, a usted y a mí, nos gustan las cosas que sirven a la perfección para la actividad para la que se le utiliza, y nos gustan no sólo porque nos sean útiles y faciliten la actividad a realizar, sino además porque nos son agradables al tacto y a la vista.
Ese objeto ha sido pensado exclusivamente para usted, ¿no se siente halagado? Ha sido pensado en el tamaño de su mano, en su comodidad de manejo, también en su seguridad. ¿Se ha preguntado el por qué del tamaño de las navajas de afeitar, por qué no más grandes o más pequeñas, o más separadas, o por qué fabricarlas de cierto metal y no de otro, por qué están acomodadas de esa manera; por qué el mango de la sartén tiene ese largo y no otro? La respuesta a esas preguntas es la siguiente:
Pensar es un proceso lógico de abstracción que tiene que ver con racionalizar y organizar información para crear una idea, un concepto o llevar a cabo algo; es decir, materializar esa idea, pensar y analizar forman parte de un proceso que hoy día se conoce como diseñar. Diseñar es un proceso estructural para llegar a un fin: crear.
Crear es concebir. Pero en el mundo del diseño no se concibe por inspiración divina; se trata de un proceso complejo compuesto de diversas etapas en las que se analiza, sugiere, desecha, retorna, corrige, afinan detalles, se prueba, y se decide. Esta decisión constituirá el objeto que usted tendrá en sus manos. Las decisiones en el proceso de diseño se habrán tomado con base en la funcionalidad -y estética- de aquello que se diseña. Las cosas funcionan gracias a ese proceso.
Usted se preguntará quién crea los objetos, pues es lógico suponer que alguien los pensó y los resolvió para nosotros.
De nuevo la respuesta es simple: un diseñador.
En todas las disciplinas del conocimiento existen especializaciones y el mundo del diseño no es una excepción.
Casi todos los objetos que existen dentro y fuera de su hogar fueron diseñados por un diseñador industrial, sí, casi todos: la televisión, su licuadora, los muebles del baño, las tijeras, lámparas, cucharas, teléfono, etc., incluyendo por supuesto su automóvil y los camiones que ve en la calle.
Muchos de los aparatos que he mencionado no sólo han sido creados por un especialista, sino en colaboración con otros de la misma rama o de otras, como la electrónica o la mecánica. Es decir, que entre más complejos son los objetos, requieren de una mayor interrelación de disciplinas.
El profesional encargado de diseñar la ropa que usted y yo vestimos se llama diseñador de modas; y al profesional encargado de crear los estampados de la corbata que porta y de la florida tela de su sala, se le llama diseñador textil. Y al profesional encargado de solucionar problemas de comunicación a través del grafismo se le llama diseñador gráfico.
Cuando pensamos en diseño gráfico, regularmente pensamos de manera inmediata en dibujitos. Crear un objeto parece bastante complicado, pero crear un monito no tanto, hacer dibujitos es una tarea sencilla que cualquiera puede hacer. Sí, cualquiera, incluyéndolo a usted, y lo cierto es que sí lo es, sólo que hacer diseño gráfico no es definitivamente crear dibujitos o monitos para que se vean bonitos. Se trata de un proceso mucho más complejo, de carácter de la comunicación, en donde existe un emisor, que es quien tiene un problema de transmisión de información, un medio o canal que es el diseño gráfico, y un receptor, que en este caso es usted.
Se diseña especialmente para ciertos sectores, porque no todos pensamos igual ni tenemos los mismos gustos, y tampoco requerimos de la misma información. Nuestras necesidades son diferentes. El diseñador gráfico pensará en quién recibirá el mensaje -esto es una determinante en la configuración del mensaje.
Al igual que en las otras especializaciones del diseño, en el gráfico se sigue todo un proceso de desarrollo hasta encontrar la estructuración correcta del mensaje para que éste sea efectivo.
Mire esta revista, sí, la que tiene en sus manos y ha leído las últimas horas. Ha sido planeada pensando en usted, fíjese bien y notará todas las minucias que crean esta revista: desde el tipo de letra, su tamaño, el número de líneas y columnas, los espacios en blanco de los márgenes, los folios y las imágenes, hasta la portada. ¿A quién no le gusta una buena portada?¿Usted intervendría quirúrgicamente a su vecino? No, a menos que sea cirujano. Por lo general, si le duele la muela irá con el dentista, si tiene problemas legales acudirá con un abogado y si quiere construir una casa irá con un arquitecto. Todos ellos son especialistas, pero si necesita un folleto, lo hará usted mismo: "¿Para qué molestarse en acudir con un diseñador gráfico?".
Ahora usted ya conoce un poco más sobre una profesión que crea muchas de las cosa las cosas que mira y le gustan y le disgustan.
¿Y usted, a qué se dedica?
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